Cuando adquirimos una pieza de jamón ibérico, ya sea de bellota o de cebo, estamos ante un producto de alto valor. Aprovechar todas las partes del jamón ibérico no solo tiene un beneficio económico, sino también cultural y gastronómico. Históricamente, las familias sabían cómo utilizar cada porción del jamón, y esa tradición se mantiene hoy gracias a recetas, técnicas y consejos que siguen vigentes.