La alimentación y las condiciones de cría son otros factores cruciales que definen el jamón ibérico. Dependiendo del tipo de alimentación y el entorno en el que se crían los cerdos, los jamones se clasifican en diferentes categorías:
Jamón ibérico de bellota
El jamón ibérico de bellota es el más valorado y exclusivo. Proviene de cerdos que se crían en libertad en las dehesas y se alimentan de bellotas, hierbas y otros recursos naturales durante la montanera (el periodo de engorde, que va de octubre a marzo). Esta dieta rica en bellotas proporciona una grasa rica en ácido oleico, similar al aceite de oliva, que se infiltra en la carne, dándole su sabor y textura únicos.
Jamón ibérico de cebo de campo
Este tipo de jamón proviene de cerdos que también se crían en libertad o en régimen extensivo, pero su alimentación se complementa con piensos de alta calidad, además de pastos y recursos naturales. Aunque no tienen la misma cantidad de grasa infiltrada que los de bellota, los jamones de cebo de campo mantienen un excelente equilibrio entre sabor y textura.
Jamón ibérico de cebo
Los cerdos destinados a producir jamón ibérico de cebo se crían en granjas y se alimentan principalmente con piensos compuestos de cereales y leguminosas. Aunque su calidad es inferior a la de los jamones de bellota o cebo de campo, siguen siendo un producto de gran calidad gracias a las características propias de la raza ibérica.