El tiempo de curación es fundamental para desarrollar el sabor y la textura del jamón ibérico.
Un buen jamón ibérico se cura en un ambiente controlado, donde la temperatura y la humedad se regulan cuidadosamente para que el producto adquiera sus características organolépticas únicas.
En general, cuanto más largo es el proceso de curación, más profundo y complejo es el sabor del jamón.
El jamón ibérico de bellota suele curarse durante un periodo de 36 a 48 meses, aunque algunos pueden llegar a los 60 meses o más, dependiendo del peso y la calidad inicial del producto.
El tiempo de curación permite que la grasa se infiltre en el músculo, lo que resulta en una textura suave y un sabor intenso.
Al elegir un jamón ibérico, asegúrate de verificar el tiempo de curación; una curación prolongada es signo de un producto de alta calidad.