La dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es más que una forma de alimentación; es un estilo de vida que combina la tradición culinaria con beneficios excepcionales para la salud.
Dentro de este marco, el jamón ibérico ocupa un lugar privilegiado como uno de los alimentos más icónicos y apreciados.
Con un equilibrio perfecto entre sabor, textura y valor nutricional, el jamón ibérico no solo deleita al paladar, sino que también contribuye al bienestar general.