En una cata de jamón ibérico, no solo se trata de comer, sino de apreciar los matices del producto. Como experto, debes saber identificar diferentes aspectos sensoriales: visuales, olfativos y gustativos.
- Aspecto Visual:
El jamón ibérico de calidad debe tener un color rosado intenso con vetas de grasa infiltrada. La grasa debe ser blanca o ligeramente amarilla en el caso de los jamones de bellota.
- Aroma:
El aroma es fundamental en una cata. Un buen jamón ibérico tiene un olor suave, ligeramente dulce, con notas a frutos secos y hierba fresca. A medida que el jamón se va curando, este aroma se intensifica, especialmente en los de bellota.
- Sabor:
El sabor es lo más importante al degustar el jamón. Un buen jamón ibérico debe ser suave, pero con un toque de salinidad equilibrado. Los matices de umami, el quinto sabor que se asocia a los alimentos con proteínas y grasas, deben estar presentes. En el caso del jamón de bellota, la mezcla de sabores a frutos secos, hierbas y la suavidad de la grasa infiltrada crea una experiencia de sabor única.